Una oferta de trabajo aparentemente legítima se convirtió en una pesadilla para Lucía, una madre soltera de Sonora. Lo que comenzó como un trabajo para transportar muebles de forma legal entre Arizona y Sonora, terminó con Lucía en prisión acusada de contrabando de drogas.
Desde febrero de 2024, Lucía había estado realizando varios viajes al mes entre Phoenix y Hermosillo, llevando muebles y material de construcción. A través de un familiar, consiguió este empleo que le permitía mantener a su familia de manera honesta, siguiendo todos los protocolos legales.
Todo parecía normal hasta que, en uno de sus viajes, fue detenida en la garita de Sonoyta por las autoridades. A pesar de afirmar que solo transportaba muebles, los oficiales encontraron más de 19 kilos de fentanilo escondidos en el remolque que le habían dado para cargar la mercancía.
Después de un breve tiempo en prisión, Lucía fue liberada al no tener pruebas en su contra. Aunque los cargos fueron retirados, ella perdió su vehículo y sigue luchando por recuperarlo mientras intenta reconstruir su vida en Arizona.
Esta historia revela los peligros de aceptar trabajos sin verificar la legitimidad de las operaciones. Lucía, una madre trabajadora, se vio atrapada en una situación desgarradora que la llevó a la cárcel.
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